Kathe Berdugo

Si ya no eres una de ellas – seguramente conoces de cerca a alguna – están llenas de energía, tienen mil compromisos y los cumplen todos, se ven regias, sacan tiempo para ir al gimnasio, reuniones sociales, cursos de cocina contemporánea, estudiar, poner la casa en orden, pasear al perro y ser exitosas en sus empleos (o emprendimientos). Son unas amas de la administración del tiempo, líderes, estrategas. y contrario a lo que algunos hombres aún en esta época puedan creer, muy objetivas, cero emocionales cuando de decisiones fuertes se trata. ¡Ellas llevan bien puestos los tacones!

Tienen un poder enorme para inspirar. Cuando las ves en acción sientes que son una clase superior de seres humanos. ¿Cómo hacen para hacer todo lo que hacen? Si alguna de ellas lee esto sabrá sin dudarlo que hablo de ella. Que está entre mi top de mujeres admirables. Me encanta cuando hacen de coach de aquellas que apenas empezamos, cuando no se guardan un comentario (aunque pueda sonar fuerte, vale más lo sincero) y te alientan con su ejemplo. Cuando te enseñan de sus errores, cuando comparten su forma de ver la vida y la escalera corporativa. Me gusta que sean directas y hagan respetar sus opiniones, cuando su mejor argumento se expone con firmeza y conocimiento. Son seguras de sí mismas, de lo que son y lo que pueden dar. Competitivas. Me gusta cuando van formales, pero me inspiran más al descubrirlas celebrando la vida y siendo personas comunes, no ostentan el título que llevan. Cuando su mejor vestido son humildad y sencillez.

Son unas maestras y me da gusto estar rodeada de ellas. Hacen que la medida sea más alta y exigente. Hacen que los zapatos te queden grandes y que sorprender sea un desafío mucho mayor. Si son mamás la cosa se pone mejor: reuniones de escuela, shows y presentaciones en días especiales, partidos de futbol, bailes, días de gripe y fiebre y lo hacen TODO. Las que son madres en mi opinión tienen punto extra. Punto por hijo. ¡Algunas suman tres! ¿Cómo lo hacen? Levantarse a las 4:00 para responder correos y dar desayunos aún no está en mi radar. Pero ¿Qué sería del mundo sin ellas si son el origen de todo?

Mi mujer favorita:

¡Mi madre! Trabajó hasta cuando tuve unos 4 años. Se dedicó de lleno a criarnos, se ha entregado completa al hogar. Por momentos, especialmente durante nuestros años de adolescencia, se sentía frustrada, estancada y como ella misma lo dijo en algún momento, no realizada. Ya después dejó la pataleta y se dio cuenta que no hubo mejor cosa que invertir en nosotros. Ser madre y esposa tiempo completo es una tarea ardua, jornadas 24/7, con pocas vacaciones, sin extras, ni aplausos. La retribución es la satisfacción de ser una buena madre, ver a sus hijos crecer y volar. La admiro y la amo. Hoy valoro su esfuerzo y entrega, su dedicación, su paciencia. Sus palabras, las discusiones y las diferencias. Nunca consideré a mi madre mi amiga, nunca fuimos compinches, nunca la consideré mi igual porque su lugar es más grande y será así siempre.

Mi invitación hoy es a que nos inspiremos mutuamente, a que reconozcamos lo bueno de la otra, a que creemos una red y avancemos juntas. Tomate un tiempo para decirle a las mujeres que te rodean lo que admiras de ellas y por qué. Siempre hay una o dos muy importantes en nuestra vida y merecen que les demos ese lugar, que seamos agradecidos y les recordemos lo que valen para nosotros.

¡Feliz día de la mujer!