Kathe Berdugo

Leer se ha convertido para muchos en un acto que se califica como pérdida de tiempo.

Hoy, la inmediatez y la productividad son de vital importancia. Reina un estilo de vida donde es mejor el que hace más en menos tiempo, por lo que leer viene siendo un acto de rebeldía contra el sistema.

Algunas personas incluso califican la lectura de inútil, pues todo eso puedes aprenderlo igual en un video o en un podcast, mientras realizas muchas otras tareas, de camino al trabajo o haciendo los deberes de la casa, así tienes un uso más eficiente de tu tiempo, maximizas cada segundo de tu vida.

Sentarse a perderte entre las paginas de un libro, y disfrutar, sea por placer una historia del siglo XIX o para aprender una nueva habilidad, es una mala inversion de tiempo. Y si la gente lo hace, busca cómo leer más rápido, más palabras por minuto, como si se tratara de una carrera de velocidad.

Y por si fuera poco, las distracciones al alcance de nuestra mano, nos impiden atención completa al poco tiempo que ya invertimos a los libros, merman la calidad de la lectura y la retención de información.

Estás pasando los ojos por las lineas, pero tu cerebro y tu memoria no están quedándose con nada, y entonces ahi es donde toca, volver al inicio de la pagina o del capítulo y empezar de nuevo, generando frustración y desanimo. Nos decantamos por poner el libro a un lado, y dejar de leer, porque eso no es para nosotros.

Nos parece imposible leer un libro de quinientas paginas en un mes, pero no nos sorprenden las dos horas de redes sociales diarias, donde el tiempo se nos pasa volando y al final no entendimos ni cómo ni en qué.

Lo cierto es que el libro nos acompaña desde antaño, y seguirá siendo así. El reto es encontrar la forma de enfocarnos, estamos sobre-estimulados con pantallas y complacencia inmediata, por lo que leer es cada vez mas difícil.

Supongo que debe haber un proceso de transformación desde la escritura, sobre todo frente a contenidos más de académica y profesional. Los autores deberán ser más concisos y didácticos a la hora de escribir para mantener al lector atrapado al completo, sin campo a duda que el libro genera valor por su contenido y efecto. Que es mejor leer el libro que ver un video en YouTube.

Tomar nota, subrayar, hacer mapas mentales, leer en voz alta, son algunas de las tantas claves para leer mejor y comprender más, pero ninguna funciona si desde que abrimos el libro estamos pensando en lo siguiente que vamos a hacer, en lo que están posteando nuestros amigos en Instagram o en lo que nos quedó pendiente del trabajo.

Disfruta y dedicate esos 20 minutos de lectura diaria y verás que podrás empezar a decir que te leíste un libro al mes.