Durante la pandemia nos (mal)acostumbramos a la inmediatez. Estuvimos tanto tiempo encerrados, frente a las pantallas, con pocas opciones de recreación y esparcimiento que para muchos el trabajo se convirtió en una actividad sin descanso – yo incluída – a la que dedicabamos diez o hasta doce horas en los días más intensos.
El ritmo poco a poco ha retomado su curso normal. Volvimos a salir a las calles, a dedicar tiempo a nuestros hobbies más deseados, algunos descrubrieron nuevas aficiones, volvimos a regular la aguja del trabajo, a balancear la vida.
Y a pesar de tener aún los celulares pegados a la mano, siempre al alcance o en el bolsillo, también volvimos a encontrarnos con colegas y amigos, regresamos a la oficina, a la reunión presencial, al café y al happy hour. Todo sigue pasando en las mismas veinticuatro horas del día, pero queremos hacer coexistir la vida virtual y la física cómo si nada hubiese cambiado. Y sinceramente, es imposible.
¿Qué está pasando? Queremos vivir la dinamica presencial en pleno pero exigimos aún la respuesta ágil de la cuarentena, y perdón, pero… no damos abasto.
Nos corresponde ahora hacer pequeños cambios, aprender a priorizar, a ponernos en los zapatos del otro y ser responsables con nuestras respuestas y solicitudes.

Por lo que debes responder:
- Dedica un tiempo fijo, una hora en la mañana y una hora en la tarde, a barrer tu correo electrónico o mensajes de whatsapp para detectar quien pidió tu ayuda y si es crítica tu respuesta. Si es urgente, do it! Si no es un urgente, pero te toma menos de un minuto responder, do it! Lo demás puedes ordenarlo de acuerdo a la importancia y urgencia.
- Si no vas a atender enseguida, porque toma un tiempo investigar o elaborar la respuesta, puedes simplemente decir, trabajo en ello y vuelvo contigo en «n» días. Así la persona sabe que lo tienes en tu lista de pendientes y podrá darte un tiempo prudente para resolver la inquietud.
- Haz listas o deja marcado con banderita los correos que requieren de tu acción para que no se te pasen sin dejar respuesta.
Por lo que preguntas o pides:
- Puntualiza el verdadero nivel de prioridad, asi la otra persona puede saber qué tan crítica es para ti la respuesta. Hay que dejar el vicio del «para ya» porque la realidad es que no podemos con todo. Y no, no todo es importante.
- Sé claro en la solicitud. De lo contrario, la otra persona podría invertir tiempo haciendo algo qué no era lo que necesitabas.
- Si ves que la otra persona no responde, haz un amable seguimiento por IMs, lanza una llamada o envía mensajitos de texto antes de copiar al jefe porque han pasado 16 horas y no te han dado respuesta. Es de muy mal gusto.
- Muy en línea con la anterior, salte del correo electronico. A veces hay cosas que se pueden resolver más rápido con una corta llamada.
Recuerda que ahora, los niños volvieron a la escuela, vamos al doctor, conversamos con clientes, vamos a la oficina, dedicamos las noches a compartir en familia, leemos, vamos al cine, sacamos al perro a pasear, preparamos la cena, hacemos voluntariado y trabajamos. Cómo ves, trabajar es sólo una parte del día.
¿Cómo te va con esta nueva dinámica? Cuéntanos… y si tienes tips, no dudes en compartirlos.


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