La escena típica de estos días es corre-corre y trancón, centros comerciales y restaurantes a reventar, fotos en Instagram de nuestras decoraciones y atuendos navideños, banquetes, bebida, fiesta, reuniones con amigos y familiares que vemos muy poco o vemos siempre, pero que igual nos corresponde celebrar.

Los juegos de amigo secreto o el popular white elephant, en donde más de uno termina guardando rencor de por vida porque el regalo que le tocó no es mejor al que compró.
Cantos, posadas y novenas.
En mi amada Colombia buñuelos, natilla y tamales. Aquí en Panamá jamón, rosca y … más tamales.
La pandereta y la maraca, el vecino con los cuernos de Reno y la que estrena pinta todos los días de diciembre. El niño cantando Ven a nuestras almas, Jesús Ven, y el chiquillo que va solo por la merienda y las bolsitas de recuerdo.
Salones de belleza y NailsBars (porque ahora son cosas separadas) con varios en fila esperando uñas verde/rojo y cabellos planchados. Estimadxs, aprovecho para decirles que toca retoque de raíces.
Agendas re-ocupadas porque sentimos que tenemos que cumplirle a todo el mundo, así tengamos que multiplicarnos, estar aquí y allá aunque sea de pasadita.
Y ni se le ocurra haber dejado para ultima hora algo de la cena de Navidad – puede ser causal de divorcio ir al supermercado en víspera de Nochebuena – se me quedó la lechuga crespa para la ensalada, la manzana o la mayonesa, la botella de vino o las pasitas del pastel… Por misericordia, si se le olvidó comprar algo, ¡ya ingénieselas como pueda con lo que tiene en casa!
Por otro lado, recuerde que las empresas aprovechan ese maravilloso sentimiento que se despierta en nosotros al DAR para quedarse con nuestros decimos, quincenas y primas. En enero llega el remordimiento, no solo por los kilos de más, sino por lo $$ gastado de más.

No me malinterprete – no está frente a la versión costeña del Grinch – yo también disfruto toda esta parafernalia navideña, la fiesta, el compartir, los regalos… ¡Claro que sí!, pero ¿nos hemos detenido a pensar qué es lo importante de estas fechas?
Yo creo que los mejores regalos no los compra ni VISA ni Mastercard y ni siquiera caben debajo del árbol de Navidad. Si somos honestos con nosotros mismos, no se compran con dinero, no pueden envolverse con papel ni marcarlos con tarjetas bonitas de Hallmark.
¿Te has preguntado verdaderamente cual es el mejor regalo? Y definitivamente depende de la perspectiva y experiencia personal…
Para un joven enfermo, tener su salud de vuelta.
Para una pareja que ha sufrido la perdida de un hijo, tenerlo de regreso en casa.
Para una mujer viuda, la presencia viva de su amado.
Para un anciano abandonado, el amor y compañía de sus hijos.
Para el huérfano, un abrazo de sus padres.
Para una familia quebrada por la falta de amor, unidad y reconciliación.
Para la persona que está lejos, un cálido compartir en casa.
Para una pareja traicionada, recuperar la confianza y su matrimonio.
[Inserte aquí, persona y mejor regalo]
Y así hay tantos ejemplos que pueden sonar tristes en esta época donde toda pinta dicha y felicidad, pero prefiero considerarlo en su lugar una oportunidad para reconocer cuales son los verdaderos regalos que tenemos y que damos a los demás.
Cuando vivimos en gratitud y pensamos más allá de lo material podemos percibir que somos afortunados, que las carencias que tenemos se resuelven con amor y afecto, con palabras amables, tiempo de calidad, comprensión, dialogo y unidad. Con padres presentes, parejas sinceras, hijos agradecidos y amigos verdaderos.
Los adornos, la comida, los ritos religiosos, la celebración y todo lo que abunda en estos días queda vacío si pasado el 6 de enero somos las mismas personas: frías, ausentes e insensibles que miran a su alrededor sin sentir compasión, si no sabemos amar ni estamos dispuestos a perdonar.
Hoy quiero tomarme un café contigo para desearte, desde lo más profundo de mi corazón, una FELIZ NAVIDAD. Una en la que el brillo y gozo de lo externo penetre nuestra alma para que resplandezca durante todo el año lo mejor que hay en nosotros.
Que irradies espíritu de alegría sobre todos los que te rodean y que podamos construir juntos mejores hogares, porque desde el seno del hogar gestamos nuestra sociedad.
Para ti, ¿Cuál es el mejor regalo de Navidad?



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