La vida es un camino

De lo que está lleno tu corazón hablan tus labios y lo ratifican tus acciones. Nada bueno sale de un corazón manchado; igual que un árbol malo no puede dar buenos frutos, sino que son amargos, podridos… nadie los quiere. Aquí un par de desvariadas pero sensatas reflexiones para usar en la vida.

Las enseñanzas más importantes que la vida nos impone son las asociadas a las relaciones personales: cómo son los vínculos y conexiones con nuestro prójimo, qué transmitimos, qué energía esparcimos por el mundo. Marie Diamond, experta en Feng Shui, dice que nuestros deseos, pensamientos y sentimientos son muy importantes porque se manifiestan, dicho de otro modo: nuestras acciones son siempre un reflejo de lo que pensamos, deseamos y sentimos. ¿Y hace todo el sentido, no? La cuestión es que a veces ni siquiera nos damos cuenta qué nos contradecimos y aunque queramos demostrar algo, nuestra vida habla por sí sola y los demás SI ven eso que nosotros intentamos ocultar. Echemos fuera esa energía, fuera esas personas, que no nos hacen ningún bien. Fuera todo aquello que nos hace este camino más complicado de recorrer.

La vida es un camino con muchos forasteros y muchas bifurcaciones, a veces nos ayudamos, nos tendemos puentes, nos damos la mano. Puede ser que toque acompañarnos en algunos tramos incluso sin ningún aporte más que la presencia; en algunos puntos el camino se hace estrecho, y solo podemos pasar de uno en uno, quedan algunos atrás o toman rutas alternas; a veces vamos en bajada; otras veces el camino se hace pesado porque vamos contra el viento. A veces llevamos cargas ajenas, otras veces vamos ligeros y avanzamos rápidamente. En todo este recorrido la vida da vueltas y no hay opción más segura que caminar siempre con rectitud, sabiendo que no ponemos piedra en el camino de nadie, ni intentamos empujarlo fuera del sendero.

La vida no es una carrera que debemos ganar a nadie; es una escuela de perfeccionamiento donde somos alumno y maestro a la vez, donde podemos ser mejores sólo comparándonos con nuestra propia historia, contra nosotros mismos. El camino que hemos de recorrer cada uno de nosotros no es igual a otro. Las lecciones que hemos de aprender son a la medida de nuestras condiciones, egos y elecciones. Compararnos con otros, con sus logros, sus dichas, sus desgracias y fracasos es un ejercicio egoísta, que no hace sino volvernos miserables porque nunca estaremos satisfechos por completo.

La vida a veces demora, pero siempre es justa. Nada de lo que hacemos mal queda exento de paga. Por eso este camino hay que andarlo con paciencia e integridad, con constancia y disciplina, con autenticidad: poniendo a cada día bajo el sol un sello personal, una marca, que es, en ultimas, el recuerdo que se llevarán de nosotros el día que vela se apague, que la llama se extinga.

Camina y sé feliz. Camina e impulsa otros a andar. Camina y da alas. Camina y deja caminar. Camina y da la mano cuando todo se pone difícil. Camina y se agradecido con quien estuvo allí para ti. Camina sin mirar atrás, tierra que no has de volver a pisar. Camina siempre con una sonrisa en los labios, esparciendo felicidad. Camina y haz el bien. Camina sin orgullo, baja las armas, perdona. Camina, siempre avanza, no te detengas. Camina despacio cuando vayas cansado, pero no dejes de caminar. Camina confiado que más adelante está el destino que has soñado, allí radiante, esperando por ti.


Sé un buen caminante, buen día!





Deja un comentario