Un cierre lleno de reflexión
Después de tres días de conversaciones profundas y muchos descubrimientos literarios, el último día del Hay Festival Cartagena dejó reflexiones, debates y el resonar de nuevas voces y perspectivas.
Un repaso por las cinco conferencias a las que asistí en esta jornada final.
Igualdades: literatura con perspectiva diaspórica
Paula Moreno y Gilbert Shang Ndi nos hicieron un recorrido por la literatura africana más allá de los relatos de esclavitud y diáspora.
Se discutió sobre la riqueza de la narrativa africana, su diversidad de estilos y enfoques, y su intersección con la literatura latinoamericana. También se habló del papel fundamental de las mujeres en su literatura y de cómo los escritores han construido «metásforas» poderosas para representar sus realidades.
Paula y Gilbert, en una conversación teñida por un tono amistoso y de compañeros de activismo, destacaron la necesidad de romper con la visión eurocéntrica de la literatura y dar espacio a narrativas diversas. Además, compartieron sus experiencias personales en el estudio y la difusión de la literatura africana en América Latina.
Izquierda no es woke
Susan Neiman, en conversación con Laura Quintana, exploró la diferencia entre los valores de la izquierda y el fenómeno del «wokismo», un término que se refiere a una actitud de hipersensibilidad y corrección política extrema que, según algunos, distorsiona los principios de justicia e igualdad promovidos por la izquierda. Sin embargo, en mi opinión – muy personal – la conversación se vio opacada por la moderación, que no permitió a la autora desarrollar sus ideas con profundidad.
La discusión giró en torno al universalismo, su percepción como concepto eurocentrista, y la idea de que la historia no necesariamente tiende al progreso, pero que siempre es posible buscar la justicia. Neiman destacó que la izquierda debe centrarse en valores fundamentales como la igualdad y la razón, en lugar de enfocarse exclusivamente en las diferencias identitarias.
A pesar de los problemas con la moderación, la charla dejó planteadas interrogantes interesantes sobre el rumbo actual del pensamiento progresista.

Anne Applebaum y la autocracia global
La historiadora Anne Applebaum – que me encantó, debo decir – expuso cómo la autocracia ha evolucionado para adaptarse a nuevas realidades globales, y por ende como la democracia enfrenta fuertes presiones, no solo por la autocracia tradicional, sino también por líderes que manipulan las leyes y las instituciones para perpetuarse en el poder.
Nos explicó cómo la autocracia, que más que una persona es un sistema, actúan al margen de la ley y los sistemas financieros globales, citó el caso de Rusia, donde oligarcas cercanos al Kremlin han utilizado bancos internacionales para lavar dinero y evadir sanciones, y mencionó cómo en Venezuela, el gobierno ha recurrido a redes de financiamiento para sostenerse en el poder a pesar de las restricciones económicas impuestas por la comunidad internacional.
Ella nos invita a que, como ciudadanos comprometidos con la democracia, participemos activamente, no solo en política, sino en espacios en nuestras comunidades, universidades, comunas o barrios, para contrarrestar estas tendencias autoritarias, así como la importancia de mantenernos informados y comprometidos.
Applebaum enfatizó la responsabilidad de los medios de comunicación y la ciudadanía en la vigilancia del poder.

Memorias de Marco Aurelio
Pablo Montoya nos ofreció una visión íntima y reflexiva sobre Marco Aurelio, alejándose de la imagen del emperador estoico y acercándose al hombre detrás del poder.
La conversación, moderada por Alejandro Gaviria, se centró en la construcción del personaje, su dimensión humana y las decisiones difíciles que enfrenta un líder.
Fue un diálogo enriquecido con imaginación, humor y profundidad filosófica.
Montoya explicó cómo abordó el proceso de escritura y la investigación histórica detrás de su novela. También reflexionó sobre la vigencia del pensamiento estoico en la actualidad y la forma en que los líderes pueden aprender de las enseñanzas de Marco Aurelio.
La conversación dejó claro que, más allá del gobernante, su historia sigue siendo relevante para comprender el poder y la ética en tiempos contemporáneos.
Cine Caribe
Y para cerrar mi asistencia a los conversatorios, la ultima sesión estuvo cargada de inspiración y anécdotas.
Cuatro cineastas colombianos compartieron su experiencia en la creación cinematográfica en el Caribe, destacando sus trabajos más recientes.
Felipe Holguín y Tere Gaviria hablaron sobre La Suprema, película estrenada en el TIFF en 2023 y nominada a los Premios Macondo. Beto Rosero y Mónica Taboada Tapia discutieron Alma del desierto, una película sobre una mujer trans wayuu que logró reconocimiento en el Festival de Cine de Venecia.
Ellos hablaron sobre los desafíos de la producción, los retos presupuestarios y la importancia de generar alianzas para fortalecer la industria. También se hizo un llamado a los colombianos a apoyar el cine nacional, promoviendo su difusión y asistencia a las salas.
Nos contaron, además, sobre los procesos de casting, guion y rodaje, resaltando la necesidad de una mayor inversión en la industria cinematográfica local y cómo incluso el mismo rodaje es fuente de empleo y sostenimiento temporal para muchas familias y comunidades donde se graba la película.
Finalmente, nos hablaron sobre la representación cultural en el cine colombiano y la importancia de contar historias desde una perspectiva auténtica y diversa. Fue una charla inspiradora que subrayó el talento en la región.

Balance final del Festival
Después de cuatro días de conversaciones estimulantes, mi balance del Hay Festival Cartagena no puede ser más que positivo.
Fue una oportunidad para conocer nuevos nombres, explorar ideas y sumergirme en el pensamiento contemporáneo desde diversas perspectivas.
El festival sigue demostrando su importancia como espacio de encuentro entre literatura, historia, activismo, filosofía y arte.
Mi sugerencia es dar más difusión y estimulo a la participación en conferencias de autores «no tan famosos» que tienen mucho que aportar y que lideran las conversaciones «incomodas» que deberíamos empezar a atrevernos a escuchar.
Y, por supuesto, no puedo cerrar esta nota sin destacar la experiencia, el refugio que fue durante estos días: Ábaco Librería y Café. Su ambiente acogedor, su cafetería exquisita y la calidez de su equipo (pregunten por Eduardo, el mejor librero del centro histórico) hicieron de cada intermedio un lugar perfecto para procesar lo escuchado y sumergirse en nuevas lecturas, correr a comprar los recomendados y conectar con otros lectores.
Veremos si nos animamos a participar el próximo año, mientras tanto, sigamos explorando el mundo a través de los libros y las ideas.


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