A ver, el mundo va a mil, y a las personas que se toman un tiempo para si mismas, para hacer una pausa, para descansar, se les tilda de dos cosas, perezosas o frescas, o privilegiadas, porque pueden darse el lujo de detenerse y seguro no tienen preocupaciones porque siguen haciendo dinero. ¿No es así?
Pausar va más allá de cuan resuelta tenemos la vida, de las obligaciones, tipo de empleo o negocio.
En este libro, Robert Poynton nos invita a reflexionar sobre el valor transformador de detenernos.
El libro expone cómo las pausas, lejos de ser improductivas y un despilfarro del tiempo (tu gran tesoro), pueden enriquecer nuestra creatividad, mejorar nuestras relaciones y ayudarnos a conectar con lo esencial en nuestras vidas.
Leerlo es un respiro en medio de la corredera diaria. Este libro nos puede ayudar a analizar nuestra idea del tiempo amarrado a minutos, horas, días, años.. como un “ente lineal”. Aquí se nos recuerda que el tiempo es relativo.
Las pausas pueden ser en medio del día, puede ser un día a la semana o al mes, o puede ser un año sabático. Cada cual decide cómo se ve una pausa dependiendo su ritmo de vida.
La pausa viene a ser una herramienta para recuperar el equilibrio y redescubrir nuestra identidad en un mundo acelerado. Además, cuando pausamos podemos pensar y decidir mejor, ese espacio blanco es el que nos permite reflexionar y decidir el curso que debemos tomar frente a un reto, una situación inesperada o el deseo de cambio.
Poynton cuestiona la obsesión moderna con la eficiencia y la productividad. Argumenta que la cultura actual, centrada en lograr más y más, fomenta el cansancio y el desconexión personal.
A través de historias y ejemplos prácticos, demuestra que pausar no significa rendirse, sino tomar perspectiva para actuar con intención y claridad, lo que conduce a una vida más plena y consciente.
El libro es un recordatorio poderoso de que no somos máquinas ni listas interminables de tareas. Que pausar es una necesidad, es el combustible de mente y cuerpo. Es una fuente de sanidad mental.
¿Cuando fue la última vez que DE VERDAD hiciste una pausa?
Kathe Berdugo 
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