Kathe Berdugo

Todos, aún sin ser consientes de ello, tenemos una rutina que seguimos paso a paso, todos los días cuando nos levantamos de la cama.

En algunas ocasiones, me preguntan qué hacer para crear el hábito de la lectura, y mi respuesta es simple: encuentra el tiempo para leer.

Si eres un gallo mañanero, quiza el mejor momento del día para leer sea esa, tu mañana.

Agarra una taza de café, o tu bebida preferida para empezar el día, te o un rico jugo de naranja, elige un libro y ponte a leer.

Puede ser mientras preparas el desayuno o justo en la mesa. Nada mejor que unas ricas tostadas francesas con una lectura agradable.

Dedica, si puedes, quince minutos como minímo y verás como día a día, se va incorporando en tu rutina.

Leer en la mañana va a cambiar toda la vibra de tu día. Verás cómo afrontas el mundo de una forma diferente, pues leer reduce el estrés.

Despiertas tus neuronas, beneficiando tu capacidad de pensar y expresar tus ideas durante la jornada que te espera. Del mismo modo, aumenta tu capacidad de memoria.

Nos equilibra emocional y mentalmente. Nos da perspectiva de lo que podemos y no controlar. Nos ayuda a ser más empaticos e incrementa los niveles de conciencia. Estás más presente a lo largo del día cuando lees por la mañana. Para algunos, la lectura en las primeras horas del día es una forma de meditación.

Finalmente, la cereza del pastel, empiezas tu día marcando un logro. Leer esas diez páginas te ayudará a iniciar el día con la sensación de que ya has logrado algo.

Sencillo. Busca un tema que te interese, algo que te apasione o del cual quieras aprender… hay un libro para ello. Despierta, haz tu cama, date un baño y ponte a leer.