Energizar la sala

De mi reciente artículo «Resoluciones 2022 para un año laboral saludable», quedan muchas tareas en el tintero para esta jornada de doce meses que apenas inicia y que, con el curso de los días, va poniendo a prueba la voluntad para cumplir esos nobles propósitos.

No es nada nuevo decir que todos somos diferentes. Nuestros hogares y ambientes de trabajo son ricos porque cada uno aporta sus propias caracteristicas, fortalezas y puntos de vista. Algunos más introvertidos que otros, algunos más analíticos, otros más arriesgados.

Hoy quiero enfocarme en la energía, un elemento que no debemos acaparar, sino hacer fluir. Un elemento que puede, si deseamos, ser común a todos con independecia de nuestros atributos. Un bichito del que todos hablamos, decimos sentir, pero nadie ve.

En ocasiones, al final del día, nos sentimos drenados, con inexplicable dolor de cabeza o con el ánimo decaído sin hallar el por qué. Si hacemos memoria, quizá, nos demos cuenta que, hemos participado, de una o dos conversaciones que han consumido nuestra energía. Me gustaría mencionar cuatro detalles que podríamos considerar para cumplir esa resolución de hacer cada interacción positiva, memorable, y agreguemos ahora, energizante para mi interlocutor.

  • Cambiar la carga de mis palabras: es muy fácil, extremadamente fácil decir no. «no se puede», «no es posible», «no le encuentro sentido», «no me parece». No, no, no. El no, a secas, sin opciones, sin oportunidades es un consumidor de energía tremendo. En su lugar, podemos cuestionar, abrir la mente al punto de vista del otro, preguntar el por qué, o el para qué.
  • Vías sin salida versus bifurcaciones: siempre hay opciones. Siempre hay alternativas o variedad de formas para conseguir un propósito. Conversaciones que drenan son aquellas donde unicamente nos quejamos, planteamos los problemas, sin siquiera una opción o acción en salida.
  • Escuchar – pensar – hablar, en ese orden. Pensar en la respuesta mientras mi interlocutor habla es lo peor para la energía personal, pues desato en la mente una conversación interna y alterna a la realidad, afanada en manifestar mi punto de vista, sin siquiera absorber la opinión del otro. He descubierto que, aunque no esté de acuerdo con lo que se dice, me dispongo a escuchar y luego si, buscar un punto medio de acuerdo. ¡Funciona!
  • Si te ayudo, me ayudo: a veces creemos que el problema es solo del otro, pero en realidad es de ambos, del equipo. Buscar salidas juntos hace fluir la energía y genera confianza entre los miembros del grupo. Es algo asi como poner al servicio los talentos, las habilidades y el conocimiento. Fluye el talento, fluye la energía. Se obtienen mejores resultados.

Hagamos lo más en ser generadores de energía. No se trata solo de alzar la voz y los brazos con pompones cual cheerleader, sino la influencia, la fuerza de hacer salir a todos de la sala con opciones, entusiasmo y alegría.

¿Algún tip que haya dejado por fuera y podamos practicar?





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