Siete detalles de tu CV que no debes pasar por alto

La semana pasada una amiga me compartía que, a pesar de aplicar y aplicar disciplinadamente a vacantes, no la llamaban a entrevista. Por la confianza, me atreví a pedirle me enviara su currículo.

No soy experta en reclutamiento, pero varios buenos años en este mundo me han enseñado algunas claves importantes que debemos considerar a la hora de construir nuestro CV.


Foto o no foto.

Sea cual sea la elección, si optas por colocarla asegúrate que proyecte profesionalismo y autenticidad. Una sonrisa natural y un encuadre en primer plano, un poco más abajo de los hombros es ideal. En los últimos años, se ha estilado más una posición que deje ver las manos, lo cual refleja seguridad y transparencia.

Elige buena luz, un fondo neutro o que no distraiga demasiado y, una camisa o blusa de un solo tono.

Cuida tus adverbios.

Como en la escritura comercial, es importante tener cuidado con las palabras que usamos y la imagen que estas proyectan.

Evita combinaciones como «obsesivamente comprometido con…» o «extremadamente responsable». Este tipo de expresiones pueden sonar exageradas y, mal utilizadas, crear un efecto negativo al reforzar excesivamente la cualidad que buscas destacar. Opta mejor por un tono más natural y menos cargado.

Una página es suficiente.

A menos que seas un académico, tu CV debería poder condensarse en una sola página. ¡Sencillo!, en estos casos aplica menos, es más.

En la web, hay varias herramientas gratuitas que te permiten diseñar el CV y expórtalo a .pdf o .doc. Se verá mucho más profesional y te tomará menos tiempo.

No digas todo.

El currículo debe construirse para permitir al reclutador hacer un escaneo ágil de ti y tu trayectoria. Dicen que, al abrir tu CV solo ocuparán de seis a diez segundos en revisarlo; si creaste impacto, después se tomarán el tiempo de verlo en detalle.

Esto significa, condensar y organizarlo de forma que quien lo lee, absorba elementos clave de tu experiencia, educación y habilidades. Disponlo cronológicamente y en bloques, destaca fechas clave, habilidades y competencias.

Además, si pones todo en el CV, ¿Qué dejas para el día de la entrevista?

Algunos detalles están de más.

Dirección completa, estado civil, no. de documento de identidad, referencias personales, referencias laborales, y otras por el estilo que se nos ocurran, a mi parecer, están de más. Ya tendrás oportunidad de validar cualquiera de estos datos.

¡Evítalos! En primer lugar, porque saturas la visual inicial, en segundo porque, a menos que fuese por una razón muy puntual de ese rol, no deberían pedirnos estos detalles tan temprano en el proceso. Las referencias, por ejemplo, puedes proveerlas si avanzas a las siguientes etapas.

Cursos y más cursos.

Si mencionarlos no agrega ningún valor, elimínalos del CV.

Por ejemplo, de una persona que postula a una posición como analista de mercadeo se espera que domine, al menos, en un nivel intermedio herramientas como correo electrónico, PowerPoint y Excel, ¿no? ¿Le muestras con ello al reclutador un elemento diferenciador? No.

Distinto escenario es tener una certificación en gestión de proyectos o dominio avanzado de PowerBI. ¡No vayas a omitirlo!  

En este caso, la clave es analizar qué se busca y qué te pone en algún grado de ventaja respecto a los demás candidatos. ¡Destácalo!

Asegúrate de actualizar tu LinkedIn.

Agregar el link directo a tu perfil puede sumar algunos puntos porque el reclutador puede, posteriormente, hacerse a una idea más amplia de tus intereses, publicaciones, e interacciones en la comunidad.


Con seguridad no son los únicos, y probablemente haya otros mucho mejores. Pero fue lo que observé y quise compartirlo porque algunos, pueden no ser tan obvios para quienes están aplicando hoy a un nuevo rol.

Recuerda que el currículo es la primera impresión que tienen de ti. Habla por ti. No lo descuides.

Comparte si lo encontraste útil. Comenta si hay otros que debamos aprender.





Deja un comentario