Compré el libro el domingo 12 de Julio. Para el 24 ya lo había devorado. Lo elegí para participar de un club de libro (al cual no pude sumarme – pero me quedó su historia).
Le dediqué mis noches; mi cita con Trevor y sus narraciones era sin falta a las 9pm. Es de esos libros que no quieres parar de leer, que te sumergen en su historia, te arrancan por igual risa y conmoción.
Así es esta historia. Una combinación paradójica y equilibrada entre alegría, impotencia, ira y victorias. Es un libro que narra la realidad de muchos en Sudáfrica (y otros países alrededor del mundo), la historia – muchas veces olvidada – de un pueblo que ha sufrido discriminación, señalamientos, exclusión y falta de oportunidades. Una historia de superación, resiliencia, unidad familiar y fe. Una historia entre miles que no siempre terminan con finales felices.
Una historia que nos exhorta a conocer más del racismo estructural, el sufrimiento y la opresión que han padecido millones de personas pero que – como menciona el autor – no está igual de documentada como El Holocausto u otras guerras, no hay manera de contar a cuantas personas se les ha silenciado, por siglos, la vida en África.
Esta historia es un homenaje a una madre entregada, que dedica su vida a educar a su hijo para romper el ciclo y salir al mundo con más y mejores oportunidades, esas que su sociedad les ha hecho creer no son para gente como ellos. Un libro que narra cómo el amor, la educación y la perseverancia rompen los esquemas impuestos para abrir la puerta a opciones, antes, fuera de su alcance.
Algunas frases:
Bajo el Apartheid, si eras un hombre negro, trabajabas en una granja, en una fábrica o en una mina. Si eras una mujer negra, trabajabas en una fábrica o como empleada doméstica. Esas eran prácticamente tus únicas opciones.
En Estados Unidos, el sueño es salir del ghetto. En Soweto, debido a que no sales del ghetto, el sueño era transformar el ghetto.
Eso, y muchos otros incidentes más pequeños en mi vida, me hicieron darme cuenta de que el lenguaje, incluso más que el color, define quién eres para las personas.
Puedes decir que no eliges un bando, pero eventualmente la vida te obligará a elegir un lado.
La gente no quiere ser rica. Quieren tener opciones. Cuanto más rico eres, más opciones tienes. Esa es la libertad del dinero.


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